Arte, Comunicación
Cuando uno de tus hijos adolescentes te dice que quiere ir al Museo del Prado y tú en ese instante, bajas las progresivas y te quedas estupefacto, aturdido porque no recuerdas que el chaval haya pisado de motu propio un museo en su vida, lo primero que haces es desempolvar el termómetro, tomarle la temperatura y si es necesario...
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