El Porsche psicodélico de Janis Joplin

Cuando Janis Joplin decidió comprarse un Porsche 356C 1600 SC descapotable de 1964, se encontró que en el concesionario de Porsche donde había ido sólo había uno de color blanco, cosa que le causó una gran decepción porque la cantante quería algo con un poco más de colorido, más transgesor, más acorde con su imagen. Algo menos convencional.

Fue entonces cuando encargó a su amigo Dave Richards la decoración de su flamante Porsche. El artista decidió pintar a modo de mural lo que consideraba su propia Historia del universo: mariposas y medusas que se entremezclaban en una obra psicodélica muy colorida donde no faltaban retratos de la propia Janis y su banda.

La cantante utilizaba el coche de manera habitual y pronto fue identificado allí donde fuera con su propietaria. No pasaba desapercibido. Era un coche muy exclusivo y que pintado de aquella guisa llamaba la atención por donde quiera que pasara. Lo utilizaba sobre todo para desplazarse de San Francisco a los Ángeles donde tenía su estudio de grabación. Siempre que aparcaba los fans le dejaban notas en el limpiaparabrisas o escribían directamente en la propia carrocería. Uno puede imaginar cómo acabaría el pobre coche lleno de pintadas y mensajitos de toda índole.

En cierta ocasión le robaron el coche y el ladrón para camuflarlo lo pintó de color gris. Cuando Janis lo encontró se encargó personalmente de contratar un taller de pintura que lo devolviera a su estado original.

Este coche con su psicodélica imagen fue el que se encontró John Cooke en el aparcamiento del hotel Landmark Motor el 4 de octubre de 1970 cuando descubrió a Janis Joplin sin vida en una de sus habitaciones. Sobedosis de heroína según la autopsia.

A su muerte el coche pasó a manos de la familia aunque fue su mánager, Albert Grossman, quien lo estuvo utilizándolo hasta los años 90. Es entonces cuando se somete a un meticuloso proceso de restauración en el que se conservó la pintura original de su amigo Richards.

En 1995 se instaló para su exposición en el Rock & Roll Hall of fame de Cleveland hasta que en 2015 la familia decidió sacarlo a subasta. Lo compró un alma anónima por un millón y medio de euros. Ahí es nada!

 

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