Si quieres que te recuerden en la laberíntica historia del arte, define con precisión tu estilo, elige bien la temática, sitúala en un contexto propio y dale un toque de originalidad. Algo muy exclusivo, nada visto, que te diferencie de la competencia y que además sirva de referente.
Por ejemplo: planos cenitales, mujeres desnudas en la bañera, apetito insaciable y mucha, mucha comida.
Se me olvidaba el más importante: una increíble y muy trabajada técnica fotorealista.
Lee Price creció en una pequeña ciudad al norte del estado de Nueva York. Su madre era una profesora de arte, y su padre se fue de casa cuando ella y sus dos hermanas eran muy jóvenes. Quizás este hecho le marcó influyéndole en sus obsesiones artísticas.
Obsesiones que repite de forma insistente: si una de ellas versa sobre la discusión de las mujeres con la comida, la otra nos habla de su comportamiento compulsivo a la hora de enfrentarse a ella, de forma casi bulímica.
Y todo mirando desde arriba.
Como un voyeur.