La increíble colección de etiquetas de vinos de José Luis Silleras.
En mi deambular por la búsqueda de cuadros y dibujos de mi bisabuelo, el pintor Felipe Abarzuza y Rodríguez Arias, me topé con un artículo de la sanluqueña Ana María Franzón que publicó en su blog, Desde el Templo del Lucero, dedicado a la iconografía de las etiquetas de la denominación de origen de los vinos de Jerez.
Contactando con ella fue donde descubrí la increíble colección de José María Silleras: más de 85.000 etiquetas de vino, la mayoría dedicadas al marco de Jerez, ordenadas según temática.
José Luis Silleras es un personaje curioso allá donde los haya; novillero, actor teatral, fotógrafo, inspector de banca y desde hace algunos años, el mayor coleccionista de etiquetas de vino y licores de España.
Hace ya un par de años tuve la oportunidad de hablar por teléfono con él a propósito de su colección y también de mi bisabuelo (todavía queda pendiente una invitación que me hizo para ver in situ su colección), fue él quien me indicó parte de las etiquetas que en su día pintó para la bodega Abarzuza y Cía (una de la tres bodegas del marco de Jerez que existieron en Cádiz capital y que desapareció en los años 50).
No era raro que pintores de aquella época, finales del XIX y principios del XX compaginaran su pintura con otras actividades artísticas y se adentraran en el mundo del cartelismo y en este caso de las etiquetas de vino: Francisco de Hohenleiter y Abarzuza en Cádiz fueron dos ejemplos claros.
Baste decir que en Francia los Rothschild a partir de 1955 contrataron a artistas modernos y vanguardistas para ilustrar las etiquetas de sus reputados vinos, como André Mason, Salvador Dalí, Henry More, Joan Miró, Picasso, Marc Chagall, Poliakoff, Bacon, Kandisky, Tapies o Andy Warhol, entre otros. Jamás cobraron en dinero sino en especie, es decir con cantidades ingentes de cajas de vino, según las normas de la prestigiosa bodega. Los originales de estas incunables etiquetas están hoy en día en la bodega-museo de la familia Mouton Rosthschild que, según dicen las malas lenguas, es el segundo lugar más visitado de Francia después del museo del Louvre.
José Luis podía estar horas y horas hablando de sus etiquetas, de las que tiene un recuerdo casi fotográfico, contándote increíbles anécdotas. Hay una etiqueta que a él le divierte en especial: es de 1885 (Jerez dulce amoroso) con dos ranas besándose, según él no deja de ser curioso que para vender un vino se utilicen ranas que, para más señas, viven en el agua.
A la pregunta de cuánto ha llegado a pagar por una de ellas, me contestó: No se lo puedo decir. Se enteraría mi mujer.
Ahí os dejo con algunas de ellas y con el link de su web: http://etiquetas-de-vinos.es