Hoy quiero rendir un homenaje a Bernardino de Hoyos, cartelista gaditano donde los haya.
Bernardino de Hoyos nació en San Fernando el 31 de marzo de 1921, hijo de Bernardino de Hoyos González y Luisa Gutiérrez Gómez, ambos montañeses.
Es un ejemplo más de aquellos grandes ilustradores de los años 50 y 60 que hasta ahora han pasado injustamente al baúl de los recuerdos sin pena ni gloria en la historia del cartelismo español.
Tuve la oportunidad de hablar con él y con su hija Lola hace ya unos años: en silla de ruedas, emocionado cuando su hija contaba sus peripecias artísticas y perdido en sus recuerdos por el Alzheimer.
Carteles de efemérides y ferias varias, de Semana Santa, para promocionar las playas gaditanas – «Cádiz, la mejor playa del sur» -, el cine, e incluso etiquetas bodegueras.
«Lo único que nunca hice fue un cartel de Carnaval, porque no es lo mío», confesaba.
«Vestía a sus modelos como un verdadero diseñador de moda» según afirma su hija, Lola de Hoyos. Ganó el concurso de carteles de playa de Cádiz en 1951, después de «arreglar» a última hora unos hombros destapados que el jurado entendió como amorales.
No corrió la misma suerte en el concurso convocado por Fundador para buscar un logotipo a su coñac, debido a un supuesto fallo en la perspectiva que, según él, no fue tal sino del propio jurado.
Ya desde niño destacaba por su talento, pero fue durante sus prácticas como maquinista mercante cuando este don le propiciaría el traslado a la Escuela Naval de San Fernando, donde ejercería como profesor de dibujo hasta que este centro se trasladó a Marín en 1941.
De ahí entró en Bazán. Aunque fue gracias a su formación como delineante, jamás abandonó su faceta más creativa.
Durante los cuarenta años siguientes no cesó de compaginar su trabajo con encargos de todo tipo. Desde retratos, su género más personal, hasta carteles publicitarios, que podrían considerarse la parte más reconocida de su producción.
Carteles que anunciaban las fiestas veraniegas y proclamaban que Cádiz era la mejor playa del sur y en los que aparecían estilizadas figuras femeninas en traje de baño. Muy de los 50.
Estos carteles, hasta entonces prácticamente olvidados, fueron expuestos en El Museo Municipal de San Fernando en agosto de 2013 después de que se le realizara un merecido homenaje en el Centro de Congresos Cortes de la Real Isla de León.