He de decir que los cuadernos de viaje o de campo siempre han formado parte de mis debilidades artísticas.
Aquellas rutas viajeras ilustradas con dibujos, fotografías de lugares exóticos, acompañadas de toda clase de artilugios impresos (billetes de tren, metro o avión; facturas de hotel; tarjetas de visita; posavasos…) con frases, ocurrencias, poemas, chistes y titulares ingeniosos a modo de recordatorios de las vivencias del viaje, y que además siempre figuraban perfectamente maquetados formando un bonito y colorido collage sin salirse lo más mínimo del margen de la página, han sido para mi uno de los referentes artísticos por los que probablemente me inicié en la profesión de publicitario.
Aunque en honor a la verdad y como apostillaría mi padre: «Ramón di también que la nota de corte no te dio para otra carrera».
En este caso y para este post, he elegido el cuaderno que ilustró el viaje que se hicieron en 1948 Cecil Beaton con su amigo, el excéntrico Stephen Tennat, por los entonces exóticos parajes de Andalucía, Gibraltar y Marruecos.
Curiosamente tengo un sobrino que se dedica a hacer esto precisamente en plan profesional con su empresa Genuine Andalusía. Y lo hace realmente bien. Recomendado.
Stephen Tennat (1906-1987), nació en un entorno de ricos aristócratas británicos, convirtiéndose en un miembro prominente de un grupo de personalidades jóvenes, despreocupadas y acomodadas entre los años 1920 y 1930 que incluían representantes tales como Cecil Beaton y las hermanas Mitford.
Se les llamó los «Bright Young Things», nombre con el que fueron bautizados por los columnistas de los ecos de sociedad ingleses de la época. Aficionados a las artes pero también a los viajes románticos y exóticos.
Homosexual, Stephen Tennant construyó una existencia frívola y basó su reputación en su elegancia y encanto narcisista, llegando a decirle a su padre, ya de chico, que lo que él querría realmente convertirse en la vida era en «una gran belleza». Más claro no podía ser.
Ya en su época se atrevió a aparecer fotografiado en las más famosas revistas de sociedad de su tiempo con prendas femeninas que lucía con encanto, adornados con joyas y cintas. Lo cual supuso un escándalo para su tiempo.
Pasó los 17 últimos años de su existencia en un «reclusión decorativa», rodeado de sus dibujos kitsch, tarjetas postales y tirado literalmente como un pachá en una cama oriental, donde recibía las visitas de personajes famosos como Mick Jagger y el pintor David Hockney.
Los »Bright Young Things» con su conducta escandalosa, reflejada semanalmente en las numerosas columnas periodísticas de su tiempo, causaron una creciente fascinación en las celebridades de la época. Entre ellos se encontraba el excéntrico y decadente Stephen Tennant que más tarde inspiró la talla de David Bowie y Boy George.
Entre sus dibujos está el diario de viaje que se hizo con su amigo el fotógrafo Cecil Beaton en unas vacaciones por Andalucía, Gibraltar y Tánger en 1948. También hay algunos de Venecia, portadas de poemas y otras veleidades.
Todos se encuentran en los archivos de la “John Rylands Library” en Inglaterra.